Geografía

Geografía
RELIEVE

El relieve de Alía es accidentado y escabroso, caracterizado por el paralelismo de sus sierras y valles cerrados. Los suelos poco profundos y pobres, originados a partir de cuarcitas, granitos y pizarras, tan solo permiten el cultivo en los valles y las llanuras perimetrales. Sus características orográficas hacen que el terreno se considere desde la antigüedad como "el reino de las cabras". La villa está situada sobre una colina, en el centro de otros cerros más altos que dominan a manera de semicírculo por el noreste y el oste, cabe señalar el cerro de Santa Catalina (849 metros) que separa Alía de la Calera. Cruzan el término los ríos Guadalupejo y Guadarranque en dirección norte-sur. Cercano al sur se encuentra el embalse de Cíjara, sobre el río Guadiana. El terreno es muy abrupto, con numerosas sierras, destacan las de Altamira, con las alturas de Conveniencia (999 metros), Fuente Sana (1.009 m), Risco de las Moras (1.271 m), Riscos Altos (1.316 m), Risco de Palduera (1.321 m) y el Risco del Telégrafo(1.441 m). Destaca la sierra de la Palomera con las alturas de Cervales (1.443 m), y Sobacorbas (1.321 m), y además podemos destacar la sierra del Guadarranquejo donde encontramos a sus pies la loma de la Alpujarra y la sierra del Hospital del Obispo. Este conjunto natural queda enmarcado por la Sierra de Villuercas e Ibores. 

HIDROGRAFIA

En la Reserva Natural de Alía, entre las sierras de Altamira y del Cervales se extiende un profundo y alargado valle flanqueado por dos sierras cuyas cotas superan los 1300 metros. Dos venas corren por este valle: el río Guadarranque y su afluente, el Guadarranquejo, ambos de corrientes perennes son ríos de aguas claras y transparentes pertenecientes a la cuenca del Guadiana, primeras aguas extremeñas que aumentan dicho caudal. Entre su ictiofauna destacan el lucio, el barbo y la trucha.  El río acaba por desvanecerse, aportando sus aguas en el pantano de la Reserva Nacional de Cíjara; cabecera del Plan Badajoz. Se trata de un inmenso embalse, al que se puede acceder a sus orillas por muchos lugares. La zona de la presa es bordeado por dos carreteras y en el resto del perímetro existen muchos caminos que llevan a él. 

CLIMA

Alía tiene un clima mediterráneo, con largos meses de sequía en verano, aunque a veces modificado por una influencia Atlántica, su temperatura media anual no sobrepasa los 20 °C.  Los veranos son muy calurosos y secos, con una temperatura cuyo promedio supera los 30 °C, y donde las temperaturas extremas suelen ser del orden de los 40 °C (en julio y agosto). Los inviernos son suaves, con una temperatura media de unos 10 °C y temperaturas extremas de 3 °C a 8 °C (en diciembre y enero).  Las precipitaciones oscilan entre los 400 y los 800 mm. anuales de lluvia, concentrados en un 80% en el invierno. Las abundantes precipitaciones en invierno y los veranos secos originan que el régimen de los ríos y arroyos presenten fuertes contrastes, pasando de tener cauces secos a cauces mayores. 

DEMOGRAFIA

A lo largo del siglo XX la población ha oscilado entre los 3.000 y los 4.000 habitantes. A partir de 1940 comenzó a crecer la población, hasta llegar a su punto más alto en 1950 con 5.464 habitantes.  Posteriormente la población decreció de forma acusada, principalmente entre los años 60 y 80: 1960= 4.419 habitantes, 1970=2.869, 1980=2.235. Los saltos migratorios más importantes se produjeron entre 1966-1970 con el -28,4 por 100. En la década de los 80 el municipio se estancó en población, con un escaso saldo migratorio negativo de -6,1 por 100. En 1986 contaba con 2.057 habitantes, con una densidad de población de 3,4 habitantes por kilómetro cuadrado. Mientras que en el año 2000 la tendencia a la baja se acentuó aún más, con un censo que apenas alcanzaba los 1.371 efectivos demográficos.  En el año 2010 las pedanías de Alía cuentan con una población de: La Calera  habitantes; Pantano de Cíjara, con 70 habitantes; y Puerto Rey 7 habitantes

VEGETACION

El ecosistema principal es el bosque mediterráneo, compuesto entre otros por quejigos, robles, enebros, acebuches, encinas, alcornoques, acompañados en el monte por madroños, jaras, retamas, brezos, madreselvas, tomillos, lentiscos, labiérnagos, cornicabras, etc. También hay es posible encontrar bosques de alisos, fresnos, chopos y laurisilva (loro), junto a acebos, arces, castaños, nogales y durillos. 

FAUNA

Entre las sierras de Altamira y del Cervales se extiende un profundo y alargado valle flanqueado por dos sierras cuyas cotas superan los 1300 metros. Reserva natural en la que campean libremente multitud de mamíferos y rapaces, aquí se mantienen ecosistemas con especies de millones de años de antigüedad. Incluso los fósiles de especies marinas aparecen por todas partes. Encontramos las especies más representativas del bosque mediterráneo en todos sus ámbitos: mamíferos, rapaces y buitres, rapaces nocturnas, paseriformes y especies fluviales. De los mamíferos cabe destacar la presencia cada vez más escasa del: el lince ibérico, acompañado de zorros, jinetas, garduñas, hurones, gatos monteses, tejones, etc. Sin olvidar las especies de caza, como el ciervo, el corzo y el jabalí. En las cresterías de las sierras, en la cuarcita y en el roquedo, conviven una gran variedad de especies ampliamente repartidas por todo el territorio: cigüeña negra, buitre leonado, alimoche, águila real, águila perdicera, halcón peregrino, búho real, cabe destacar además la presencia de algunos buitres negros, elanios azules, águilas calzadas y culebreras.  En los cursos fluviales es posible encontrar una población de nutrias.